29 Oct
29Oct

Miguel Ángel Valero

El Banco Santander termina los nueve primeros meses del ejercicio en curso con unos beneficios de 9.309 millones€, un 14% más, gracias al fuerte crecimiento de los ingresos (+7%, hasta los 46.185 millones), la captación de cinco millones de clientes y el control de los costes. El impuesto sobre beneficios fue de 4.246 millones, un 13%, con una tasa efectiva del 29%. Pese a ello, la rentabilidad sube 1,3 puntos, hasta el 16,2%, superando el objetivo para todo 2024. La creación de valor para el accionista sube el 14% Y el dividendo en efectivo por acción se dispara un 39%. 

El consejero delegado, Héctor Grisi, vende optimismo: "El grupo tiene posibilidad de mejorar los resultados. No hemos alcanzado el tope. Lo mejor está por venir". Y destaca que las cuentas hasta septiembre de 2024 prácticamente garantizan los objetivos para 2025: rentabilidad entre el 15% y el 17%; payout del 50%; 200 millones de clientes (ahora son 171 millones), 125 millones de clientes activos (102 millones en la actualidad), ratio de eficiencia en torno al 42% (ahora, 41,7%).

No le preocupa la caída en Bolsa tras la presentación de resultados pero deja muy claro que la cotización "no refleja éstos ni la capacidad del grupo para seguir creciendo" gracias a su diversificación geográfica y de actividades y a la menor sensibilidad de su balance a la evolución del precio oficial del dinero, que en estos momentos ronda el 50%. El director financiero, José García Cantera, insiste en la estrategia de "limitar el impacto de las bajadas de tipos en el balance y en la cuenta de resultados"

Preocupa más la geopolítica que una recesión, que el banco descarta en la Eurozona. Sobre el impuesto a la banca, el CEO del Santander insiste en que "perjudica y discrimina el crecimiento", les coloca en desventaja con respecto a las entidades extranjeras que no están afectadas por este pago, y "reduce la confianza inversora" porque España sería el único país en contar con un gravamen así más allá de 2024. "Los bancos ya pagamos suficientes impuestos", argumenta.

Pero como ya hizo su colega de Bankinter, Gloria Ortiz, descarta la posibilidad de trasladar el negocio fuera de España: "Somos un banco español, no tenemos intención de irnos fuera, al contrario, queremos seguir creciendo en España",.

"Haremos lo que se tenga que hacer para que no suceda", resalta Héctor Grisi, que matiza que "no hemos tenido ninguna interacción con el Gobierno y no tenemos ningún indicio de cómo viene ni ningún dato de cómo están viendo esta cuestión, vamos a ver cómo viene el impuesto y a partir de ahí tomaremos las decisiones adecuadas".

Desde el Santander están "abiertos al diálogo" para "transmitir al Gobierno" su posición "para que entiendan por qué este impuesto inhibe al crédito" y "perjudica a la economía en general", ya que puede poner en peligro 50.000 millones€ en créditos. "Cuando los tipos de interés bajan y suben los impuestos, te deja menos capital para seguir prestando. Muchas veces se toman decisiones y no nos damos cuenta de lo que sucede en el tiempo. Hay que entender cómo puede afectar si viene un ciclo de crisis", explica. Además, ese gravamen "discrimina un sector" y es "un impuesto mal estructurado porque grava los beneficios". 

"Los Gobiernos tienen que pensar buenas condiciones para la inversión y que las empresas tengan beneficio, porque la mejor manera de recaudar más es que exista crecimiento económico, y eso se consigue aplicando políticas adecuadas que incentiven la inversión. Si esas medidas se implantan, se recaudará más impuestos", insiste Héctor Grisi.

Sobre un supuesto baile de fusiones transfronterizas a partir de la entrada del italiano UniCredit en el alemán Commerzbank, el CEO del Santander muestra su escepticismo: "no se dan las condiciones para que este tipo de operaciones sean atractivas, ya que falta por completar la Unión bancaria y la del Mercado de Capitales, entre otras medidas". En cualquier caso, el Santander no está interesado en este tipo de operaciones. El director financiero, José García Cantera, aporta un dato: para que el Santander se moleste en analizar una oportunidad de crecimiento inorgánico vía fusiones la rentabilidad de la operación deberá superar el 23%, que es el rendimiento que obtienen de las transferencias sintéticas de riesgo.

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