Miguel Ángel Valero
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido, como se esperaba, bajar los tipos De esta forma, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación pasa del 4,5% al 4,25%; los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito, al 4,5%, y el de la facilidad de depósito, al 3,75%, con efectos a partir del 12 de junio de 2024. Pero deja muy claro que ha tomado la decisión "sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos”, por lo que continuará "aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión".
"En particular, sus decisiones sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos", insiste.
"Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación", argumenta el BCE.
Desde la reunión del Consejo de Gobierno celebrada en septiembre de 2023, la inflación ha descendido en más de 2,5 puntos porcentuales y las perspectivas de inflación han mejorado notablemente. La inflación subyacente también se ha moderado, lo que refuerza las señales que indican que las presiones inflacionistas se han debilitado, y las expectativas de inflación se han reducido en todos los horizontes. La política monetaria ha mantenido unas condiciones de financiación restrictivas, lo que, al frenar la demanda y mantener las expectativas de inflación firmemente ancladas, ha contribuido de forma importante al retroceso de la inflación.
El Consejo de Gobierno también ha confirmado que reducirá las tenencias del Eurosistema de valores adquiridos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) en 7,5 mm de euros mensuales en promedio en el segundo semestre del año. Las modalidades para reducir las tenencias del PEPP serán, en líneas generales, similares a las aplicadas para el programa de compras de activos (APP).
El tamaño de la cartera del APP está disminuyendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo. El Consejo de Gobierno continuará reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que vayan venciendo hasta el final de junio de 2024. En el segundo semestre del año, reducirá la cartera del PEPP en 7,5 mm de euros mensuales en promedio. El Consejo de Gobierno prevé poner fin a las reinversiones en el marco del PEPP a final de 2024. El Consejo de Gobierno continuará actuando con flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de esa cartera que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia.
A medida que las entidades de crédito reembolsen los importes obtenidos en el marco de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que esas operaciones y sus actuales reembolsos están contribuyendo a la orientación de su política monetaria.
El Consejo de Gobierno está preparado para ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo del 2 % a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria. Además, el Instrumento para la Protección de la Transmisión está disponible para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en todos los países de la zona del euro, lo que permite al Consejo de Gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de estabilidad de precios.
Dos o tres bajadas en lo que queda de año
Frente a unas subidas muy rápidas, del 0% en julio de 2022 al 4,5% en septiembre de 2023 (con dos incrementos históricos de 75 puntos básicos, cuatro de medio punto, y otros tantos de un cuartillo), el proceso de bajadas va a ser mucho más lento.
La inflación está todavía lejos del objetivo del 2% pero se encuentra ahora más cerca (2,6% en mayo de 2024) y muy lejos del máximo del 10,6% en octubre de 2022, y el crecimiento económico apenas ha sido del 0,4% en 2023, pero se ha esquivado la recesión.
“Pese a los progresos realizados en los últimos trimestres, las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas debido al elevado crecimiento de los salarios, y es probable que la inflación continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año”, reconoce el BCE, que aumenta dos décimas sus perspectivas de inflación respecto a las previsiones de marzo, del 2,3% al 2,5% para este año y del 2% al 2,2% para 2025. El BCE también ha mejorado su perspectiva de crecimiento, al 0,9% este año, frente al 0,6% estimado en marzo, si bien ha ajustado un poco a la baja la previsión para 2025, de un crecimiento del PIB del 1,4% desde el 1,5% esperado en marzo. Para 2026, se mantiene la estimación de alza del PIB del 1,6%.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, no oculta su satisfacción con el descenso de la inflación desde máximos y también con las proyecciones económicas “sólidas y robustas”. Pero avisa: “Seguimos siendo restrictivos”, porque aunque se han moderado la inflación y la subyacente, “los precios de los servicios han subido de forma notable”, que son el componente el más inflacionista, y los salarios "han seguido creciendo a un ritmo acelerado” y "no son una cuestión fácil”.
Tras la primera bajada de tipos, ¿cuándo se producirá la segunda? Aquí hay un tira y afloja entre 'halcones' y 'palomas', escenificado entre los alemanes Isabel Schnabel y Joachim Nagel (presidente del Bundesbank) o el austriaco Robert Holzmann, que rechazan una nueva bajada en julio porque "no parece justificado", y el francés François Villeroy, que reinvindica "el margen significativo" que tiene el BCE para flexibilizar la política monetaria,
Como publicó dineroseguro.info, los analistas discrepan entre dos y tres bajadas de tipos antes de que finalice el año.
Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital, aporta su visión: "Todo llega. Por primera vez desde su creación, el Banco Central Europeo (BCE) mueve ficha antes que la Reserva Federal (FED) estadounidense y procede a la primera bajada del principal tipo oficial de intervención en 0,25% para situarlo en el 3,75%. Dentro del G7, el Banco de Canadá se ha adelantado en implementar el primer recorte de tipos de interés, del 5% al 4,75%, desde que comenzara el ciclo de alzas de tipos en todos los países desarrollados debido a la desbocada inflación que hemos padecido durante los últimos dos años y se convierte así en la primera autoridad monetaria del grupo de países más ricos del mundo en reducir tipos".
"¿Será el siguiente el Banco de Inglaterra? Probablemente. A la FED se le espera para septiembre próximo, no antes. Estamos pues ante un ciclo bajista de los tipos de interés de los principales bancos centrales que para finales de 2025 debería llevar las tasas entre 150 y 200 puntos básicos por debajo de sus máximos alcanzados en 2023. Consideramos que posicionar las carteras de cara a estos cambios es la mejor manera de proteger y revalorizar el patrimonio. Los inversores con posiciones en efectivo o fondos del mercado monetario, o aquellos con depósitos a plazo fijo que vayan a vencer, deberían plantearse gestionar su liquidez mediante estrategias de compras escalonadas de bonos, estrategias de inversión estructuradas o carteras equilibradas de renta variable y de renta fija. Dejar pasar esta oportunidad sería un gran error inversor", señala.
Javier Cabrera, analista de XTB, matiza: "nos preocupa que el organismo haya aumentado las previsiones de inflación en dos décimas tanto para este año como para el 2025, dejando el 2026 como primer año en el que la inflación esté por debajo del 2% desde el 2020. Puede parecer una leve subida, pero señala que las tensiones inflacionistas siguen presentes, sobre todo por la vía de los salarios donde en la Eurozona han crecido en el primer trimestre del 2024 casi un 4,7%. Por otro lado, el organismo espera que el crecimiento económico vuelva a niveles similares a los de antes de la pandemia, aunque muestra la dificultad de las economías europeas de crecer a un ritmo superior al 2%, ante la falta de empresas de los sectores más punteros de la economía".
"Lagarde continúa afirmando que el BCE tomará sus decisiones en función de los datos económicos, aunque desde nuestro punto de vista, ese aumento de la inflación esperada tanto para este año como para el que viene y el aumento de las perspectivas de crecimiento hacen complicado una rápida bajada de tipos. Probablemente esto rebaje las expectativas de bajadas de tipos para este año por parte del mercado y posiblemente se queden en dos contando la que acabamos de presenciar. Además, las bajadas de tipos del 2025 estarán muy condicionadas por lo que pase a finales de este año, lo que perjudicará claramente a las empresas más endeudadas y da alas a que el sector bancario siga beneficiándose de unos tipos de interés altos. Por su parte, en un mercado laboral donde la tasa de desempleo es tan baja vemos complicado que el crecimiento de los salarios se ralentice de manera radical, lo que sigue añadiendo presión inflacionista. Pese a que Lagarde no está siendo muy agresiva en su discurso, con esta reunión se rebajan las expectativas de bajadas de tipos y seguimos viendo los tipos de interés entre el 4% y el 2% en los próximos años, dejando atrás la época de tipos de interés al 0%.", argumenta.
Para Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, "ésta es una de las tres bajadas que se esperan para este año. Las siguientes van a estar condicionadas por una inflación que se resiste a bajar, sobre todo la subyacente que está en el 2,9 por ciento debido a las presiones de los servicios más que de los bienes. Esta decisión hace que el BCE se distancie de la política de la Fed, cuyo descenso de tipos se espera para el 18 de septiembre. No obstante, dado que la economía de Estados Unidos se muestra más dinámica en empleo y crecimiento que la europea, las bajadas de la Fed no están nada claras: de no aplicarse en septiembre, y teniendo en cuenta que en octubre no se reunirá y que en noviembre lo analizará dos días después de las elecciones, los tipos en Estados Unidos parece que seguirían todo lo que resta de año distanciados de los europeos. Ese desacople de la política monetaria es probable que afecte a la baja al euro frente al dólar".
Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, destaca que el BCE se adelanta a la Fed en la bajada de tipos, y vaticina una pausa en julio, nuevos recortes en septiembre y diciembre. "Los bancos centrales de todo el mundo están dispuestos a moderar el grado de restricción monetaria. Tras los bancos centrales de Suiza, Suecia y Canadá, el BCE también ha recortado hoy sus tipos de interés. Las diferencias en los ciclos económicos y de inflación les están permitiendo bajar los tipos de interés oficiales antes que la Fed", explica.
"Como habíamos previsto, el BCE no se comprometió de antemano con una senda concreta para nuevos recortes de los tipos de interés. La dependencia de los datos sigue siendo clave. Al mismo tiempo, la revisión al alza de las previsiones de inflación para 2025 sugiere que ahora puede llevar más tiempo alcanzar el objetivo de inflación. Estas previsiones son mucho más restrictivas de lo esperado e implican recortes muy graduales de los tipos de interés. Esperamos una pausa en julio antes de que el BCE probablemente vuelva a recortar los tipos en septiembre y diciembre", apunta.
Dave Chappel, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, señala: "El BCE ha llevado a cabo el primer recorte de tipos de 25 puntos básicos que la presidenta Lagarde y numerosos miembros del Comité habían señalado durante las semanas anteriores. Las previsiones de crecimiento e inflación se incrementaron ligeramente y, a pesar de los avances, se señalaron explícitamente las aún 'fuertes' presiones internas sobre los precios y los 'elevados' salarios, lo que da cobertura, si fuera necesario, para mantener la política monetaria en niveles «significativamente» restrictivos y la orientación ultra laxa en este punto. Aunque los salarios son un indicador muy rezagado de la inflación, algunos miembros del Comité querrán ver avances significativos antes de respaldar otro ajuste de los tipos. A otros les gustaría que la Reserva Federal estadounidense se uniera a la senda de normalización antes de aventurarse demasiado lejos".
Carlos del Campo, del equipo de inversiones de Diaphanum, destaca que "tras más de ocho años sin recortar los tres tipos de referencia, el BCE suavizó en 25 pb las condiciones de financiación tras el notable retroceso del 75% del IPC general y del 50% de la tasa subyacente desde los máximos alcanzados en 2022. Además, el impacto negativo de la política monetaria en el crecimiento económico de la UEM durante los últimos trimestres justifica el movimiento. Así, en línea con lo que anticipábamos a principios de año, el BCE sí tenía argumentos suficientes para comenzar un nuevo ciclo, siguiendo el patrón de Suecia, Suiza y Canadá, y desacoplándose por el momento de la Fed, algo que, por cierto, ha presionado al alza el euro durante las últimas semanas".
"Sin embargo, el repunte de los salarios, una economía que debería ganar tracción a finales de año y las mayores perspectivas de inflación provocaron un tono duro de Lagarde, poniendo en duda la hoja de ruta para los próximos meses, que seguirá muy dependiente de la evolución de los datos. La reacción del mercado no ha sido muy violenta, pero persiste la volatilidad en la deuda soberana ante la creciente retórica de que los tipos tardarán más en volver a bajar de lo esperado, concentrando las probabilidades de más recortes en las reuniones del último trimestre del año. En las Bolsas, el foco de atención se está centrando en mayor medida en la revisión al alza de los beneficios empresariales, si bien el sector bancario tuvo un buen comportamiento durante la sesión debido al tono hawkish del BCE, que augura mejores márgenes para el resto del año", añade.
Para Ricardo Gil, Deputy CIO de TREA AM, "la esperada bajada de tipos solo afianza una política de mantenimiento detasas altas en el largo plazo". "La duda que se plantea no es tanto si supone el principio de una nueva tendencia de bajada de tipos sino el ritmo en el que estas bajadas se van a ir materializando. Los mensajes en la rueda de prensa han seguido enfatizando que las bajadas futuras sólo se producirán si los datos de la economía real vienen a confirmar el escenario que el BCE se ha fijado. En este sentido, el cuadro macro publicado mantiene la confianza de que el proceso desinflacionista iniciado en 2023 continúa su curso, si bien, más lento de lo esperado. Así, los próximos 12 meses van a ser más volátiles de lo anticipado lo que implica que acabaremos este año en niveles por encima del 3% para que en la segunda mitad del 25 puedan ir bajando a niveles más cercanos al objetivo del 2% donde se mantendría en 2026", precisa.
"La bajada, por tanto, aunque hayan subido de las expectativas de inflación, sigue manteniendo una política monetaria restrictiva (tipos reales positivos). El ritmo de bajadas futuras va a ser mucho más lento de lo que el mercado descontaba a principios de año, con un próximo recorte en octubre, dejando la mayor parte de las bajadas para el próximo ejercicio y con el mercado descontado un tipo del 2,5% como tipo neutral", añade.
"Las declaraciones de los banqueros centrales en las próximas semanas serán importantes para fijar las expectativas, especialmente las de los más reacios en el pasado (fundamentalmente Alemania, Austria y Holanda. La debilidad en centro de Europa por una autoinfligida rigidez presupuestaria, unida a una demanda interna que todavía no se ha recuperado y a una débil inversión empresarial, contrastan con países periféricos que siguen con déficits elevados y deuda pública elevada como es el caso de Francia o Italia. La creación de empleo y márgenes empresariales siguen siendo los dos mejores indicadores adelantados para valorar la persistencia de la inflación y son el foco de atención del BCE, además de la evolución de los conflictos geopolíticos en tantoafecten a los precios de la energía, -principal variable desinflacionista en el año-, y al comercio internacional (tarifas)", insiste.
La reunión del BCE "ha puesto más en evidencia que los tipos se van a mantener altos por más tiempo en un entorno de crecimiento que no creemos que sea un problema para los activos de riesgo", subraya.
Para los expertos de Banca March, "lo importante es el mensaje": "se cumplió el guion y el BCE recortó el precio oficial del dinero, por primera vez en casi cinco años, dejando el tipo de depósito en el 3,75% frente al 4% previo. La rebaja, impulsada por la confianza del organismo presidido por Christine Lagarde en el proceso desinflacionario, no parece que tendrá continuidad en julio tras revisar al alza sus previsiones de inflación en 2024 y 2025 en dos décimas, hasta el 2,5% y 2,2%, respectivamente. Y es que lo relevante es el mensaje. Lagarde mantuvo la cautela y evita así comprometer futuros movimientos ante la evidencia que los salarios y la inflación de servicios permanecen en niveles elevados. Con ello, enfría las expectativas de nuevos recortes en próximas reuniones, aunque el consenso mantiene dos bajadas adicionales de tipos en lo que queda de 2024".
Mutuactivos: Lagarde debe ser cautelosa
El BCE ha bajado los tipos un 0,25% hasta el 3,75%. Considera que “es apropiado moderar el grado de restricción monetaria” tras la caída de la inflación, pero no se están comprometiendo a ninguna ruta preestablecida, dado que las presiones en precios siguen siendo elevadas y la inflación probablemente siga por encima de su objetivo hasta mediados del año que viene. Lagarde afirmó que, aunque es probable que entremos en una fase de bajadas, actuarán en función de los datos. También elevó su expectativa de inflación para este año al 2,5% (+0,2%) y la de crecimiento económico, hasta el 0,9% desde el 0,6% anterior.
"Hoy la curva de tipos de la zona euro tiene una pendiente negativa, lo que significa que los tipos de interés a largo plazo son más bajos que los de corto plazo y que el ahorro a corto plazo está mejor remunerado que a largo. Este tipo de situaciones suelen ser transitorias e históricamente se han corregido tras las primeras bajadas de tipos", subraya Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión y producto de Mutuactivos.
"Con una inflación moderada y un crecimiento económico raquítico, lo lógico sería que la curva se normalice. A medio plazo lo normal es tener una curva con pendiente positiva, donde el ahorro se remunere en función del riesgo temporal asumido, de manera que nos paguen más por dejarle dinero diez años a un gobierno que por comprar una Letra del Tesoro. Lo normal (que no siempre es lo que acaba ocurriendo) sería que poco a poco veamos una bajada de la rentabilidad de la parte corta de la curva", explica.
El gráfico "compara la actual curva de tipos con la de enero de 2005. En aquel momento había crecimiento económico, confianza y unainflación moderada. Si las bajadas de tipos consiguen su objetivo, deberíamos acercarnos a esa situación", añade.
"En cualquier caso, en Mutuactivos consideramos que el BCE tiene que medir el tono y los pasos a dar por varios motivos:
En resumen, Lagarde debe ser cautelosa y medir su discurso a partir de hoy para evitar desequilibrios", concluye.