El semáforo alemán se pone en rojo

DWS

El miércoles 6 de noviembre por la noche, el canciller alemán, Olaf Scholz, destituyó al ministro de Finanzas, Christian Lindner, anunciando así el fin de la coalición del 'semáforo' (según los colores de los socios de la coalición: Partido Socialdemócrata, rojo; Partido Democrático Libre, amarillo; Partido Verde). El principal punto de desacuerdo entre el Partido Democrático Libre (FDP) de Lindner y los otros dos partidos de la coalición a tres bandas era el freno a la deuda ('Schuldenbremse'). Mientras que el FDP quería mantener una estricta política de austeridad, los otros partidos veían una mayor necesidad de financiación en algunos ámbitos. En particular, el desarrollo de las capacidades de defensa se considera urgente, tras la victoria electoral de Donald Trump. Lindner no estaba dispuesta a conceder la resolución de anulación del freno de la deuda exigida por Scholz.

En las próximas semanas, Scholz tiene intención de presentar un voto de confianza, allanando el camino para nuevas elecciones. Una posible fecha para los comicios sería marzo de 2025. Con efecto inmediato, la coalición rojiverde seguirá gobernando en minoría, después de que el FDP pusiera fin formalmente a la coalición. El nombramiento de los sucesores tendrá lugar este jueves. Jörg Kukies, un exbanquero de inversión que ha sido secretario de Estado en Berlín desde 2018, será el nuevo ministro de Finanzas. Esperamos que la coalición reducida todavía pueda intentar sacar adelante las siguientes leyes, antes de la última sesión del Bundesrat el 20 de diciembre:

  • Compensación por progresión fría; 
  • Paquete de pensiones II; 
  • Endurecimiento de las normas de migración / normas del Sistema Europeo Común de Asilo; 
  • nuevas medidas de emergencia para la industria 
  • y una posible reforma o suspensión del freno de la deuda para financiar Ucrania, el crecimiento y la defensa. 

La coalición minoritaria puede contar con el apoyo de la Unión Cristianodemócrata (CDU) para los proyectos de defensa y estímulo económico. Para otros proyectos, podría intentar apoyarse en mayorías cambiantes (por ejemplo, con Die Linke, Bündnis Sarah Wagenknecht (BSW) o tránsfugas del FDP). Sin embargo, es dudoso que, por ejemplo, la congelación del nivel de las pensiones siga adelante.
Implicaciones políticas y de mercado

Aunque aún es muy pronto para hacer predicciones, el escenario más probable tras las nuevas elecciones parece ser una «gran» coalición entre la CDU/Unión Socialcristiana(CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), presumiblemente liderada por la CDU. Otra posibilidad es una coalición negro-verde bajo Robert Habeck, pero es menos probable. Esto podría ser positivo para el futuro económico de Alemania. Ambos partidos coinciden en gran medida en apoyar a Ucrania. Como partido gobernante, la CDU/CSU tampoco tendría muchas razones para aferrarse al freno de la deuda. Una política fiable hacia Ucrania, un mayor gasto público, especialmente en seguridad exterior, pero también en inversión, podrían ayudar a la economía alemana a volver a ponerse en pie. En tal constelación, sería bastante concebible aplicar medidas estructurales urgentemente necesarias, como una reforma fundamental del sistema de pensiones, incentivos más fuertes para que los receptores de transferencias se incorporen al trabajo, y una política en general más favorable a las empresas -especialmente para la industria alemana-, aunque aún queden muchos obstáculos por superar.

En general, esperamos que la reacción del mercado sea limitada, aunque podría suponer cierto viento de cola para la renta variable y un ligero viento en contra para la renta fija:

  • Renta fija y divisas: Los rendimientos del Bund alemán han seguido una tendencia a la baja desde principios de verano, influidos por la caída de las cifras de inflación y la debilidad delos datos económicos. Sin embargo, desde principios de octubre, no han podido escapar a la subida de los rendimientos del Tesoro estadounidense. Ni siquiera las elecciones estadounidenses han podido cambiar esta situación, aunque los aranceles previstos por la nueva administración estadounidense podrían pesar sobre el crecimiento económico alemán. Es probable que los principales impulsores de los rendimientos de los bonos alemanes sigan siendo las perspectivas económicas, la evolución de la inflación y, a corto plazo, el ritmo de los recortes de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Creemos que es poco probable que la perspectiva de un cambio de gobierno impulse al alza los rendimientos, ya que podría esperarse un gasto adicional. En los próximos 12 meses, seguimos esperando que los rendimientos de la deuda pública alemana disminuyan y que la curva de rendimientos se incline ligeramente.
  • Por el momento, el mercado bursátil alemán también se verá influido más por la política estadounidense que por la alemana. Los aranceles que se avecinan y el panorama del crecimiento mundial, sobre todo en el sector manufacturero, podrían estar condicionando al Dax. Sin embargo, si se adoptan políticas más favorables a las empresas tras las elecciones, creemos que las valoraciones en Alemania podrían subir en los próximos doce meses, aunque haya un desfase importante antes de que se eleven las estimaciones de beneficios. Sin embargo, no descartamos la posibilidad de que algunos inversores se muestren más positivos respecto al mercado alemán en previsión de una nueva coalición, aunque los efectos de un cambio de gobierno no se dejen sentir hasta finales de 2025 como muy pronto. Dado el sesgo global del Dax, es más probable que se beneficien las pequeñas capitalizaciones.