Trump amaga con aranceles sobre minerales críticos

Miguel Ángel Valero

Donald Trump ha lanzado una investigación sobre la necesidad de imponer cargas a los minerales críticos. Ordena al secretario de Comercio iniciar una investigación bajo la Sección 232 para evaluar el impacto de las importaciones de estos materiales en la seguridad y resiliencia de Estados Unidos. Si se determina que las importaciones amenazan la seguridad nacional y el presidente decide imponer aranceles, éstos reemplazarían las tarifas 'recíprocas' sobre estos productos. 

La orden abarca una variedad de hasta 50 minerales, incluidas las tierras raras, consideradas fundamentales para la base industrial de defensa de EE.UU. y cruciales para la fabricación de motores de aviones, sistemas de guía de misiles, computadoras avanzadas, así como equipos de radar, óptica y comunicaciones. También incluye uranio y productos derivados de estos minerales. El secretario de Comercio debe entregar los resultados de la investigación en un plazo máximo de 270 días. 

En marzo, el presidente también invocó poderes de emergencia para aumentar la capacidad de EE.UU. de producir minerales críticos, parte de un esfuerzo amplio para desarrollar capacidades domésticas y reducir la dependencia de importaciones.

La UE espera que se mantengan los aranceles de EEUU ante el escaso avance en las negociaciones. Tras la tregua de 90 días establecida por ambas partes, las conversaciones no han sido fructíferas hasta el momento. El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, ha comentado que se va a requerir “un esfuerzo conjunto significativo” después de reunirse en Washington con su homólogo estadounidense, dejando entrever las diferencias iniciales entre ambos bandos. Más aún, desde Bruselas señalan que la UE está haciendo su parte y que está dispuesta a llegar a un acuerdo justo que incluya la reciprocidad de tarifas cero para los productos industriales y el trabajo sobre las barreras no arancelarias. Sin embargo, es necesario que EE.UU. defina su postura para poder acordar. 

En Alemania, la incertidumbre arancelaria también pesa sobre el índice de expectativas del instituto ZEW, que cayó a -14 en abril desde 51,6 del mes anterior y resultó muy por debajo del 10 esperado. Contrasta el indicador de situación actual, que continúa la recuperación gradual iniciada desde comienzos de año. La cifra fue de -81,2, superior al -86,9 previsto y el -87,6 anterior. 

En EEUU, el índice Empire de confianza de las manufacturas correspondiente a abril superó las expectativas (-13,5) y repuntó doce puntos tras la brusca caída del mes anterior (-20), pero se mantiene en terreno negativo (-8,1). Mismo patrón tanto en los nuevos pedidos como los envíos; ambos presentaron una variación positiva, pero se mantienen en niveles de contracción. En cuanto al índice de perspectivas a seis años vista, cayó más de veinte puntos a -7,4, el nivel mínimo desde 2001.

China admite la necesidad de más medidas para el crecimiento

Por su parte, el PIB de China del primer trimestre ha sorprendido al alza, con un incremento interanual del +5,4% (dos décimas por encima de lo esperado). El componente industrial tuvo un muy buen desempeño (+7,7% interanual) debido al efecto anticipación de los aranceles. También, hubo optimismo en el lado de consumo, gracias a los estímulos fiscales concretos sobre ciertos productos (+5,9% interanual). No obstante, la inversión inmobiliaria sigue en caída libre, con una reducción del -9,9% con respecto al año pasado. 

Aunque el PIB no recoge todavía impacto alguno de los aranceles, la nota del servicio nacional chino de estadística indica que la economía afrontará un escenario más convulso en los próximos trimestres, por lo que será importante implementar un mayor número de políticas proactivas en favor del crecimiento. China afronta lo que queda de 2025 sin el crecimiento del mercado exterior, por lo que, si pretende alcanzar los objetivos de crecimiento del +5%, el rol del Gobierno deberá ser aún más activo.

DWS: la renta variable europea es más interesante que la de EEUU

El ataque frontal de la Administración Trump al comercio mundial no perdonará a Europa. Pero la principal víctima podría ser la Bolsa estadounidense, entre otras cosas, por la elevada brecha de valoración entre EE.UU. y Europa. Esto, junto a la reforma de la deuda alemana, hace que la renta variable europea sea relativamente interesante para los expertos de DWS:

  • Europa necesita encontrarse a sí misma. La política exterior de EE.UU., la guerra en Ucrania y el débil crecimiento la empujan a ello.
  • Los inversores mundiales ya han encontrado a Europa: en el primer trimestre el mercado bursátil ha superado al mercado estadounidense como nunca antes en más de 25 años.
  • El nuevo gobierno de Alemania y el paquete fiscal y de defensa que ya se ha aprobado podrían prolongar el impulso del mercado a largo plazo.
  • Las inesperadas y drásticas medidas arancelarias de Trump el 2 de abril provocaron un desplome de los mercados. Aunque algunos aranceles se pausaron durante 90 días el 9 de abril, seguimos revisando nuestras previsiones. El daño ya está hecho, se ha perdido la confianza. En nuestra opinión, la política arancelaria sólo produce perdedores, pero creemos que la renta variable europea tiene menos que perder que la americana. Por lo tanto, optamos por  sobreponderarlo.

Los inversores, preocupados por la política estadounidense, celebran el nuevo impulso en Europa. Incluso antes de que Donald Trump conmocionara al mundo entero con su cuestionable paquete arancelario a principios de abril, la evolución de los mercados impresionó incluso a los inversores estadounidenses. Mientras que el S&P 500 cayó en el primer trimestre, la renta variable europea se comportó superando al mercado estadounidense en más de lo que lo habían hecho desde el estallido de la burbuja de Internet en 2000 -en el primer trimestre fue de alrededor del 25%-.

Tres factores están detrás de esto:

  • En primer lugar, a finales de 2024, el ya burbujeante mercado bursátil estadounidense recibió un nuevo impulso con la victoria electoral de Donald Trump. Esto llevó a unas valoraciones históricamente altas y a una ponderación récord de la renta variable estadounidense en la cesta de la renta variable mundial. Esto, a su vez, aumentó el riesgo a la baja para las inversiones estadounidenses, después de que las primeras semanas de Trump en el gobierno inquietaran por igual a votantes, empresas y mercados. El caos provocado por las conversaciones sobre aranceles punitivos y recortes drásticos de la administración estadounidense por parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Elon Musk, desbordó las esperanzas de los mercados de desregulación y recortes fiscales. Además, la empresa china de inteligencia artificial (IA) DeepSeek echó por tierra el mito del todopoderoso sector tecnológico estadounidense.
  • En segundo lugar, con la impresión de que ya no puede contar con el apoyo de Estados Unidos, Europa ha respondido a lo que parece el fin del orden de posguerra. El giro fiscal de Alemania es importante y dará a otros países europeos un mayor margen de maniobra fiscal. En particular, la importante reforma de la deuda alemana, que limita el déficit fiscal estructural a tan sólo el 0,35% del producto interior bruto (PIB), ha sido un éxito y ha recibido una gran acogida por parte de los inversores internacionales.
  • En tercer lugar, estos dos aspectos mencionados se produjeron cuando la renta variable europea cotizaba con un descuento récord de alrededor del 40% respecto a la estadounidense, y estaba más que preparada para repuntar. Al mismo tiempo, los datos económicos de la zona euro han superado sistemáticamente las expectativas de los economistas desde mediados de 2024, mientras que, en EE.UU., los datos empezaron a decepcionar en noviembre del año pasado.

Las políticas de Trump producen perdedores, aunque Europa no debería sufrirlo tanto. El llamado Trump Put, la esperanza de que Trump no ponga en marcha sus ideas más económicamente perjudiciales si las Bolsas se desplomaban lo suficiente, ha resultado ser una ilusión. "Creemos que fueron los que le obligaron a dar un giro parcial el 9 de abril", subrayan los analistas de DWS. Algunos de los aranceles más elevados quedarán ahora en suspenso durante 90 días. Sin embargo, el daño ya está hecho. La guerra comercial con China se recrudece aún más y los planes de CAPEX de las empresas siguen afrontando un entorno más incierto. Y, por supuesto, los aranceles siguen aumentando sustancialmente. Nuestras previsiones de crecimiento mundial y los objetivos de precios de las acciones tendrán que ajustarse a la baja. Creemos, sin embargo, que los cambios de previsiones que vamos a introducir pueden reforzar nuestros argumentos a favor de una mejora relativa de la economía de Europa. Los fondos de los inversores deberían seguir abandonando los activos estadounidenses, que todavía siguen estando mucho mejor valorados en términos relativos, en favor de Europa. 

Friedrich Merz reina incluso antes de ser Canciller

El canciller alemán entrante, Friedrich Merz, logró el 18 de marzo obtener el apoyo necesario de dos tercios en el Bundestag para las enmiendas constitucionales que liberan el gasto fiscal. La primera parte de la enmienda constitucional establece un fondo especial de 500.000 millones€ para inversiones adicionales durante doce años en infraestructuras y para alcanzar la “neutralidad climática” en 2045.

El Gobierno federal puede gastar 300.000 millones en medidas de infraestructura, y los Estados, 100.000 millones. Los 100.000 millones de euros restantes se destinarán al fondo para el clima y la transformación. El punto crucial aquí es que el fondo especial de infraestructuras sólo podrá utilizarse para inversiones “adicionales”. Con ello, se pretende garantizar que el dinero no acabe en otros proyectos o gastos sociales.

La segunda parte de la enmienda constitucional se refiere a los estados federales, que en el futuro podrán endeudarse al 0,35% del PIB -este año supondrá unos 15.000 millones-. Hasta ahora, los presupuestos de los Estados debían estar equilibrados.

La tercera parte de la enmienda constitucional se refiere a los gastos de defensa (la Bundeswehr, las fuerzas armadas y otras medidas de seguridad). Los gastos que superen el 1% del PIB no se tendrán en cuenta al calcular la nueva deuda federal permitida.

No sólo la defensa militar, sino también la protección civil y de la población, la ciberseguridad y los servicios de inteligencia pueden beneficiarse de esta excepción. Suponemos que el gasto en defensa, según la definición de la OTAN, aumentará gradualmente del nivel actual de 90.000 millones de euros (2024) a 170.000 millones de euros a partir de 2028. Esto correspondería a un aumento del 2% al 3,5% del PIB. Esto significa que gran parte de la deuda alemana, que anteriormente mantenía el déficit federal ajustado al 0,35% del PIB, se ha suprimido.Sin embargo, Alemania permanecerá como un deudor sólido. Incluso si se exploran todas las posibilidades al límite. En 2036, cuando se haya agotado el fondo especial, la ratio de deuda pública se situará ligeramente por encima del 80%, todavía la más baja entre los países del G7. Con unos supuestos algo más realistas, esperamos que la ratio de deuda pública se sitúe en torno al 75% en doce años.

Suponemos que pasarán varios años antes de que el gasto en defensa alcance el objetivo del 3,5% del PIB. También suponemos que el multiplicador fiscal de este gasto será inicialmente muy inferior a uno. Se supone que, sobre todo al principio, se gastará mucho dinero en reabastecer los almacenes vacíos y se encargarán algunos bienes al extranjero. Sólo más tarde, los posibles efectos indirectos serán visibles en el resto de la economía. Adoptamos un enfoque similar al estimar el gasto en infraestructuras. Aunque esperamos un multiplicador fiscal de uno desde el principio, suponemos que pasarán años antes de que se gasten los 50.000 millones anuales, permitiendo a Alemania poco margen burocrático. Sin embargo, dado que ambos impulsos fiscales se dirigen a las capacidades infrautilizadas de la industria, suponemos que proporcionarán un importante estímulo económico positivo. Por ello, en marzo elevamos nuestras previsiones de crecimiento para Alemania al 0,4% este año y al 1,6% el próximo. Gracias al crecimiento y al nivel de endeudamiento inicial, comparativamente bajo, seguimos viendo a Alemania como un país prestatario sólido. Tras el paquete arancelario de Trump, con toda probabilidad, tendremos que reducir nuestras estimaciones. Sin embargo, esperamos que la ratio de deuda se mantenga en un nivel relativamente sólido.

¿Seguirá el resto de Europa el mismo camino?

La UE planea un paquete de defensa más reducido, pero las restricciones presupuestarias frenan a los distintos países. La Comisión Europea ha respondido al cambiante marco de seguridad mundial con el Plan de Rearme Europeo 2030. Según la Comisión Europea, este plan va a permitir a los estados miembros acceder a unos 800.000 millones para invertir en Defensa, con mecanismos como la Acción de Seguridad para Europa, que dispondrá de 150.000 millones para material militar.

Estos fondos se canalizarán hacia equipos de defensa de fabricación europea, para fomentar la innovación y garantizar la interoperabilidad entre las fuerzas armadas nacionales. Como parte de la estrategia de financiación, la Comisión ha animado a los Estados miembros a hacer uso de la cláusula de salvaguardia nacional del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que les permite aumentar temporalmente el gasto en Defensa dentro de las normas fiscales. Además, el Banco Europeo de Inversiones desempeñará un papel clave en la movilización de capital privado para apoyar proyectos de Defensa.

Somos prudentes respecto al paquete. En última instancia, sólo los 150.000 millones son realmente nueva financiación que aportará la Unión Europea. La voluntad de los Estados miembros de hacer uso de la cláusula de salvaguardia del Pacto de Estabilidad para recaudar otros 650 000 millones es, probablemente, limitada por diversas razones. No sólo en el caso de Italia y Francia; la tensa situación presupuestaria no lo permite en la actualidad.

En general, la deuda pública alemana ha reaccionado con bastante cautela al paquete de medidas. El impresionante salto inicial de 30 puntos básicos se redujo casi a la mitad en tres semanas. Los mercados de renta fija están ahora dominados por las preocupaciones económicas más que por la inflación. En respuesta al paquete fiscal y al impacto esperado de los posibles aranceles de Trump, hemos recortado la previsión de recortes de tipos de interés por parte del BCE de tres a uno hasta marzo de 2026 inclusive. Queda por ver si es necesario modificarlo debido a las políticas arancelarias actuales.

Creemos que hay dos razones para la débil reacción del mercado. En primer lugar, el mercado puede tener dudas de que el paquete fiscal tenga un impacto significativo en el presupuesto federal a partir de 2026, y, por tanto, en el endeudamiento del Gobierno federal. En segundo lugar, los cálculos de nuestro modelo, que son rudimentarios habida cuenta de los numerosos imponderables, muestran que, incluso en supuestos muy pesimistas, la ratio de deuda en cinco años no debería superar el 80% del PIB.

Finalmente, queremos reiterar que nuestra sobreponderación de la renta variable europea no implica que estemos seguros de esperar rentabilidades positivas a lo largo del año. La implementación de los planes arancelarios de Trump, incluso después de una pausa de 90 días, probablemente provoque mayor volatilidad en el mercado. Incluso los aranceles que se mantengan ya estarán afectando a empresas y consumidores. Nuestra mejora es relativa, especialmente frente al mercado estadounidense (que, después de todo, aún representa dos tercios del mercado bursátil mundial). Creemos que el riesgo de caída de la renta variable europea es menor que el de la estadounidense. Al mismo tiempo, sin embargo, también vemos un mayor potencial de rentabilidad positiva en Europa si los aranceles no se mantienen en su nivel actual. En cualquier caso, la confianza se ha visto dañada a largo plazo, por lo que, en nuestra opinión, es comprensible el deseo de empresas e inversores de reducir sus posiciones en EE. UU.